30.3.11

Vahán Sarkisián: lingüista, armenólogo y vascólogo

El 21 de enero de 2011 dejó de existir Vahán Sarkisián, probablemente el único especialista armenio del idioma vasco y las relaciones armenio-vascas, a los 57 años de edad. Nacido en 1954 en Ereván, entre 1973 y 1978 cursó estudios de Filología Románica en la Universidad Estatal de Ereván. Su tesis doctoral versó sobre los contactos lingüísticos vasco-armenios.
Trabajó tres años en Cuba como intérprete y consejero de la URSS (1983-1986) y seis (1987-1993) como secretario de redacción del semanario “Pioner Kanch” (luego “Kanch”). En 1993 empezó a trabajar en su alma mater y en 2003 fue designado director de la Cátedra de Filología Románica de la Universidad Estatal de Armenia. Era académico de honor de Euskaltzaindia (Academia Vasca de la Lengua) y miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas. Tradujo del castellano al armenio “El Buscón” de Quevedo, “El Lazarillo de Tormes”, “Tradiciones populares vascas o El rostro oculto de la muerte”. Y del euskera al armenio: “Linguae Vasconum Primitiae”, “Peru Abarka” y una antología sobre poetas navarros actuales. También publicó una gramática y una antología de poesía vasca, un diccionario castellano-armenio (2004) y otro euskera-armenio (2001).
Nos conocimos en 1989, durante mi primera visita a Armenia. En 1990, por mi intermedio, se publicó su primer artículo en castellano sobre las relaciones armenio-vascas en la revista “Historia” de Buenos Aires. Durante la década de 1990 editó la revista “Araxes”, de la que fui miembro del consejo de redacción y donde publicó varios de mis artículos y traducciones en armenio y castellano. Trabajador infatigable, en 2001 publicó una edición bilingüe de tres crónicas de viajeros medievales armenios (en armenio moderno y castellano), en la que incluyó mis traducciones al castellano de Martirós Erznkatsí y Sarkís el Monje, originalmente impresas en “Araxes”.
En su memoria, ofrecemos un reportaje aparecido en 2004 en el “Diario Vasco” de San Sebastián.


Hace unos años su nombre apareció en todos los medios y su teoría sobre el origen del euskera dejó perplejo a más de uno. Vahán Sarkisián (Ereván, 1954) regresa la próxima semana al País Vasco para retomar los contactos con las instituciones vascas e insistir en la importancia que tiene para Euskadi finalizar su diccionario etimológico. Ahora es director de la Cátedra de Filología Románica en la Universidad Estatal de Ereván y tras un período de intenso trabajo ha encontrado de nuevo un hueco para volar hasta aquí y dedicarse a su pasión: la relación armenio-vasca.
En su recién inaugurado despacho guarda los ejemplares que ha traducido del castellano y el euskera al armenio. Ocupan gran parte de su vitrina. Fumador empedernido de tabaco rubio y amante del café a cualquier hora del día, Vahán Sarkisián piensa mucho antes de responder a cada pregunta. A veces el silencio se hace eterno y parece que la pregunta no le ha gustado. Pero entre calada y calada busca el momento exacto para responder con calma y de forma reflexiva a cada cuestión en un perfecto castellano. En diferentes momentos de la conversación no se puede contener y, bolígrafo en mano, despieza palabras en euskera para mostrar su extraordinaria semejanza con el armenio.

-¿Cómo se coló el euskera entre las inquietudes de un armenólogo?
=Cuando estudiaba el sustrato pre-latino del español llegaron a mis manos algunas comparaciones sobre la influencia en el castellano del euskera y las lenguas pre-románicas. Ese fue mi primer contacto y ya han pasado casi treinta años. Resultó además que todas las teorías que consulté sobre esa nueva lengua miraban directamente a Armenia. Andrés de Poza, Baltasar de Etxabe o Esteban de Garibai ya hablaban del nexo entre los dos pueblos. Desde entonces el vasco pasó a formar parte de mi vida y he trabajado muy duro para rescatar la vía abandonada por algunos expertos actuales sobre la relación cultural vasco-armenia.

-Usted defiende que el origen del euskera está en Armenia contradiciendo a los que opinan que se trata de una lengua única.
=El origen del euskera está en Armenia o el del armenio en Euskadi, lo mismo me da. Lo que tengo claro es que los dos pueblos son hermanos. En la cultura, tradiciones y la lengua se dan unas coincidencias que dejan fuera de toda duda esta relación. No se trata de casualidades, son pruebas evidentes. Además, no existe un idioma que sea único en el mundo, un hijo siempre sale de un padre y una madre. Lo que ocurre es que no interesa políticamente prestar atención a esta teoría. Ni a España le conviene reconocer un hermano vasco en el Cáucaso, ni los vascos quieren renunciar a su sentimiento de ser únicos, ni los propios armenios desean perder este sentimiento de exclusividad que también tienen. La ciencia es una cosa, el orgullo nacional otra bien diferente.

-Tiene, por tanto, una complicadísima tarea por delante. ¿Cómo pretende convencer al mundo lingüístico de sus descubrimientos?
=Aportando cada vez más pruebas. Mi intención es construir un puente de colaboración entre expertos del País Vasco y Armenia. La primera vez que escribí sobre el tema armenio-vasco fue en un artículo que se publicó en la prensa argentina en el año 1988(*). Llegó a las manos del difunto José María Satrústegui y me envió una carta pidiéndome nuevos artículos para “Fontes Linguae Vasconum”. Desde entonces y hasta hace tres años la relación fue estrecha, viajaba anualmente al País Vasco y hasta me nombraron académico de honor de Euskaltzaindia (Academia Vasca de la Lengua) como muestra de reconocimiento a mi trabajo de promoción del euskera en el mundo.

-Y vuelve a Euskadi tras este período de reflexión para volver a llamar a las puertas de los vascólogos.
=Quiero renovar contactos e intentar buscar un editor interesado en publicar un trabajo que se titularía algo así como “Armenios y vascos, el reto de una identidad desconocida”. Un título que enganche y que sirva para que alguien haga en el País Vasco lo que nosotros ya tenemos en Armenia. Hay que abandonar ese sentimiento de sentirse únicos.

-¿Cuál es la base de su teoría de unión entre estos dos pueblos?
=Soy lingüista y me fijo sobre todo en las semejanzas que existen entre ambos idiomas. Hay más de cien palabras de uso cotidiano que no necesitan ni traductor. Además hay sufijos exactamente iguales que se añaden a las palabras como por ejemplo -tegi (lugar) o -ago (más) y con ello se hace difícilmente calculable el número exacto de coincidencias. ¿De qué número se puede hablar si con un simple sufijo ya se duplica el vocabulario? Entre el armenio y el vasco existen muchísimas semejanzas, incluyendo la fonética, gramática y una parte notoria del vocabulario. Estas coincidencias abarcan sustantivos, adjetivos, verbos...

-¿Cómo es posible esto si hay cuatro mil kilómetros de distancia entre ambos pueblos?
=Se puede entender de dos formas. O bien los vascos se desplazaron desde Armenia a la Península Ibérica, o viceversa; o bien existió en la antigüedad una gran cultura vasca-armenia que abarcaría desde los Pirineos hasta el Caúcaso. No le veo otra explicación.

Tres años sin visitas

-¿Qué ha ocurrido en estos tres años? ¿Por qué este alto en las relaciones con Euskadi?
=Desde el principio el trabajo ha sido unilateral, sin respuesta desde el lado vasco. En Armenia ya contamos con una base y se puede estudiar el euskera y la cultura vasca de forma organizada, pero en el País Vasco no existe interés alguno por Armenia. Abrimos el camino pero nadie ha respondido a nuestra llamada, no se dan cuenta de que si se profundiza en esta teoría no tienen nada que perder y sí muchísimo que ganar. Hasta 2001 me invitaban a congresos, viajaba con asiduidad, recibíamos delegaciones vascas en Yereván, pero ¿para qué? Sólo buenas intenciones, nadie hacía nada, sólo nosotros. Abrimos la revista internacional armenio-vasca, Araxes, y se publicaron once números con casi setenta artículos, fundamos en Yereván la Asociación de Estudios Vasco Armenios, abrimos un centro que estuvo operativo durante diez años y pusimos en marcha un programa de difusión de la cultura vasca que culminó con la publicación en 1996 de "Tradiciones populares vascas" con una tirada increíble de cinco mil ejemplares, impreso en Armenia sin ninguna ayuda externa. También publicamos una gramática, un diccionario, mucho trabajo que abrió las puertas al euskera a nuestros estudiantes. ¿Y cuál ha sido la respuesta vasca? Ninguna.

-¿Se siente decepcionado con el trabajo de difusión del euskera que realiza el Gobierno Vasco?
=En el caso vasco me decepciona sobre todo la falta de interés por Armenia. Esta teoría exige un grado de implicación mucho mayor. Hace tres años me planté porque pensaba que ya era hora de que los vascólogos del País Vasco empezaran a trabajar en serio el tema armenio y crearan condiciones para la difusión de nuestro idioma a través de cursos en la Universidad del País Vasco, tal y como hacemos con el mundo vasco en Yereván. A esta decepción personal hay que sumar la decepción general en mi país con los vascos. Trabajé mucho en defensa de la teoría y ahora los lingüistas de Armenia desconfían porque no he recogido nada después de sembrar tanto. “¿Dónde están los vascos?”, me preguntan mis colegas de vez en cuando. Por último, pese a ser académico de honor de Euskaltzaindia, parece que mi técnica de trabajo no gusta demasiado a algunos vascólogos nativos. Mientras que ellos miran al exterior para buscar el origen de las palabras, yo propongo no salir del euskera. Es un método de reconstrucción interna del lenguaje que ayuda a no perder el tesoro castizo de la lengua vasca.

-¿Están de acuerdo los expertos vascos con sus planteamientos?
= Creo que algo deben reconocer para cuando me nombraron académico de honor de su academia de la lengua. Pero mantengo discrepancias de criterios con algunos en cuanto a la confección de una obra que yo considero capital para cualquier pueblo, el diccionario etimológico. No puedo entender que un pueblo que habla tanto de sus orígenes únicos y se lamenta de tener una lengua en peligro no haya sido capaz de culminar su propio diccionario. Hay siete tomos que llevan parados desde 1997 y aún faltan tres por publicarse. Todos los vascólogos esperamos que salgan algún día. En su día me comentaron la posibilidad de terminar esta obra pero no formalizamos nada porque el decano de la Facultad de Filología Vasca, Joseba Lakarra, asumió personalmente la responsabilidad de acabarlo. Han pasado siete años y no ha hecho absolutamente nada, cuando se trata de un trabajo perfectamente realizable en tres. Me encantaría ser el autor, pero me conformo con ser lector, sólo pido que se acabe de una vez esta obra de importancia nacional para cualquier pueblo. A veces pienso que no quieren que un armenio culmine esta obra que empezaron grandes vascólogos como Agud, Michelena y Tovar.

-Conoce perfectamente la historia de los españoles y los vascos, da clases sobre sus culturas e idiomas, ¿ve usted alguna solución al conflicto entre ambos?
=Llevo tres años sin estar allí y han sido tres años importantes, con muchos cambios sobre todo en España. El terrorismo también ha cambiado de nombre, ahora el fundamentalismo preocupa más que ETA. El PSOE ha vuelto al gobierno tras ocho años en la oposición... Todo esto me impide hacer un análisis actual pero lo que siento es que ha cambiado el contenido del conflicto. Me fijo en Armenia para explicar lo que está ocurriendo en Euskadi. Aquí la opinión general es que vivíamos mejor bajo el manto soviético, pero si lo dices en voz alta te acusan de atentar contra la independencia nacional. Y estos mismos que te acusan son los mismos que luego nos llenan la televisión pública de películas en ruso o los mercados de productos del país vecino. ¿Eso no es ir contra Armenia? Ahora podemos decir que somos independientes, pero no tenemos libertad suficiente para comparar el hoy con el ayer. En España ocurre lo mismo y si abres la boca ya te colocan en un bando o en el otro. Los vascos tienen que resolver primero su conflicto interno y luego será más sencillo el tema con España, si logran la unidad interna en el país será más fácil llegar más allá.

"El español gana terreno gratis en el mundo"

En las librerías de Yereván se encuentra desde hace tres meses un diccionario  español-armenio. Su tamaño y precio (30.000 drums, 60 dólares, una fortuna en este pequeño país en el que el sueldo medio es de 130 dólares al mes) contrasta con los pequeños manuales de conversación que existían hasta ahora en esta lengua. El Diccionario Castellano-Armenio es un proyecto que Vahán Sarkisián comenzó en 1997 y ha culminado siete años después. Ahora prepara la edición inversa que le gustaría publicar el próximo año.

-¿Cómo se trabaja en la elaboración de un diccionario de estas características a más de cuatro mil kilómetros de distancia de la lengua sobre la que se trabaja?
=Actualicé el léxico armenio y lo uní con los diccionarios castellanos más modernos, la última edición de la Real Academia, Clave, Casares, Diccionario Básico de la Lengua de Planeta. Un trabajo cultural no puede contener elementos ideológicos como ocurría en la etapa comunista. Ahora, por fin, los últimos datos de la lengua española ya se encuentran también en armenio en este primer diccionario del castellano a una lengua extranjera del siglo XXI.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado?
=Casi mil páginas y cuarenta mil entradas, un gran avance si tenemos en cuenta que, por ejemplo, el diccionario castellano-ruso más completo que existe tiene quince mil menos. Empecé en 1997 pero al enterarme de que la Real Academia preparaba un nuevo diccionario para 2001 paré, viajé a España y me lo compré para modernizar el trabajo que ya tenía redactado. El volumen estaba ya listo el año pasado pero por culpa de un error informático perdí veinte mil palabras y tuve que reescribirlas. La confección del diccionario ha sido algo personal, dedicado a mis alumnos, para lo que no he recibido apoyo alguno, da mucho trabajo, pero poco dinero.

-¿Las autoridades españolas han respaldado este proyecto?
=No. Dejando el tema del diccionario a un lado, no estoy de acuerdo con la política del Instituto Cervantes en mi país. No invierten una peseta. Su labor consiste en cobrar la tasa de cuarenta euros que cuesta el diploma de Español en la Universidad, el sueldo de algunos padres de los chicos y chicas que tenemos aquí. Este año se han matriculado trece jóvenes y hemos llegado a tener más de treinta en cursos anteriores. Creo que España tenía que mimarlos un poco. En
Armenia los hispanistas estamos solos y con trabajos como el mío el español gana terreno gratis en el mundo.
Mikel Ayestarán
“Diario Vasco”
21 de noviembre de 2004
(*) 1990 (Nota de Armeniaca).

COINCIDENCIAS
Estos son algunos de los ejemplos de las cien coincidencias sobresalientes que el profesor Sarkisián ha encontrado entre el euskera y el armenio:
haize viento ais (այս)
han allí hon (հոն)
handiari grandeza andranik (անդրանիկ)
andena grupo andeai (անդեայ)
hara he allí ara (արա)
arasta sentencia arrats (առած)
ardi oveja arti (արդի)
argi luz aregi (արեգի)
artza oso arch (արջ)
astun pesado hast (հաստ)
baimen permiso paiman (պայման)
bakarrik solamente batzarrik (բացառիկ)
berta cerca merdz (մերձ)
bits espuma bits (բիծ)
buru cabeza pur (պուր)
elki salida elkh (ելք)
erkin dolores de parto erken (երկն)
gari trigo gari (գարի)
gitxi poco khich (քիչ)
haritx roble harrich (հառիճ)
haztatu probar hastat (հաստատ)
horma pared orm (որմ)
murtzi puño murtz (մուրց)
ordo llano ord (որդ)
otz frío oits (ոյց)
putz soplo phuch (փուչ)

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