29.11.13

Turquía mon amour

Garabed Arakelián

Uruguay-Turquía

Por segunda vez en el correr del presente año (2013) el Ministro de Transporte del Uruguay, Enrique Pintado, realiza una visita oficial a Turquía. La primera tuvo lugar a comienzos del mes de mayo y es el antecedente de este viaje que emprendió el pasado domingo 24 de noviembre, acompañado por el Subsecretario del Ministerio de Turismo, Dr. Antonio Carámbula, y un representante del Grupo Eurnekian que administra en Uruguay el Aeropuerto Internacional de Carrasco, al igual que otros muchos aeropuertos en el resto del planeta.

En aquella oportunidad, Pintado informó a los medios que había suscrito un acuerdo con la compañía Turkish Airlaines para que ésta hiciera escala secundaria en Uruguay a través de algún otro país de la región. No aclaró cuál sería ese país, ya que esa decisión y su trámite pertenecen a la aerolínea turca, pero no es difícil suponer que una empresa estatal, como lo es la citada compañía, responderá a los intereses políticos de su gobierno, más allá de los simples cálculos de la gestión aérea.
La Ministra de Turismo del Uruguay, Liliám Kechichián, en una entrevista concedida a la Agencia EFE -25/11/13- y que fue recogida por el sitio web Terra, habló acerca de los motivos de este viaje oficial y puntualizó que “la aerolínea de bandera turca también evalúa utilizar a la capital uruguaya como centro de distribución regional para sus operaciones, por lo que, si se concreta el negocio, instalaría oficinas en Montevideo ”.
“Actualmente Turkish Airlines, –dijo-“está volando a Argentina y allí ha tenido “algunas dificultades”, lo que puede ayudar a Montevideo a convertirse en ese nuevo enlace, que incluye también una conexión con China, uno de los destinos de la aerolínea turca y abre mercados tan interesantes como el ruso”, explicó la Ministra.
Sobre este tema, según dijeron a El Observador “fuentes oficiales”, la compañía turca considera importante la estabilidad de Uruguay y rechaza la incertidumbre de Argentina, donde, entre otras cosas, se realizan paros de actividades muy a menudo.
En setiembre (2013) estuvo en Uruguay una delegación de TUCSON , consorcio público-privado turco, que mantuvo reuniones con jerarcas del Ministerio de Obras Públicas con propuestas de inversión en infraestructura y transporte. En este contexto es lógico pensar que Turquía busca extender su mercado internacional -y no solo de tráfico aéreo- conjugando el interés económico con el político, y si bien todo el continente es un mercado tentador los herederos del Imperio Otomano muestran especial interés político en el Mercosur. Y tienen razones para ello.
Uruguay fue el primer país en reconocer la existencia del genocidio cometido por el estado turco en abril de 1915. La resolución del parlamento uruguayo y la clara y profunda exposición de motivos –abril de 1965, cincuentenario del Genocidio- votada por todos los partidos políticos con representación parlamentaria marcó un antecedente a nivel internacional seguido luego por muchos otros países. En la actualidad, continúa siendo objeto de atención la construcción del Museo del Genocidio Armenio aprobado por el Estado, que el Ministerio de Cultura impulsa con fuerte decisión.
Argentina, a su vez, con la resolución del Juez Norberto Oyarbide que dictó sentencia definitiva el 1º de abril de2011 acusando al gobierno de Turquía de haber cometido genocidio contra el pueblo armenio, significa también una marca ardiente para el gobierno turco. Y, en el plano regional, cabe recordar la resolución del Parlamento del Mercosur del 19 de noviembre de 2007, reconociendo la existencia del genocidio y la responsabilidad del estado turco. Sin duda que estas cosas ocasionan cierto escozor en la dirigencia turca.

Turquía-Medio Oriente
Pero es en su entorno geopolítico que Turquía despliega la línea más vigorosa de su diplomacia. Celebrando el 90º aniversario de la república creada por Mustafá Kemal, el “sultán” Erdogán -como le dicen tanto opositores como seguidores, aunque con intenciones disímiles- procedió a inaugurar el tramo ferroviario Marmaray de 70 quilómetros de extensión, uniendo así Europa con Asia a través de Turquía mediante una inversión, según versiones de prensa, de 3.000 millones de dólares Los dirigentes turcos han señalado, que este es el camino que une Londres con Pekín y le da infraestructura a la nueva versión de “la ruta de la seda”. Algo que no está alejado de los planes chinos que aspiran cruzar Europa de extremo a extremo. Pero antes pasarán por toda la Anatolia de este a oeste llevando inversiones y puestos de trabajo para millones de campesinos turcos que aspiran a mejores niveles de vida. De modo que los planes de uno y otro país, por lo menos en este plano, son mutuamente funcionales.
Turquía es un gran importador de petróleo, gas y carbón y Rusia su principal proveedor en esta materia. Sin perjuicio del escudo de misiles desplegado por la OTAN en territorio turco, en clara advertencia a Rusia, ambos países mantienen una importantísima y estratégica relación comercial.
El 20 de noviembre (2013), las agencia internacionales indicaron la presencia de Erdogán en Moscú quien mantuvo entrevistas con Putin para tratar temas referentes a la energía, incluyendo la construcción de unas 20 plantas nucleares en un plazo de diez años en el territorio de Turquía. Obviamente la construcción y el combustible nuclear estarán a cargo de Rusia.
Pero a Turquía le queda un importante flanco para cuidar: debe explicar y justificar el bloqueo que por decisión unilateral mantiene con Armenia desde hace más de dos décadas y que ha pasado a formar parte del “statu quo” de la región. En tiempos más próximos Turquía inauguró una nueva etapa de sus relaciones en la región con el slogan, en el año 2011, de “cero problemas con los vecinos”, que nunca se convirtió en realidad y mucho menos cuando Ankara tomó decidida posición en contra de Bagdad. Ahora, la situación ha cambiado con el avance de los acuerdos entre USA e Irán acerca del derecho de este último para desarrollar programas civiles de uso y aplicación de energía nuclear con fines pacíficos. Ya no es secreto que estas negociaciones incluyen el destino de Siria, que consolida así el respaldo iraní sumando a la posición mantenida por China y Rusia que se oponen a todo tipo de intervención foránea. Casi de inmediato la diplomacia turca ha reaccionado favorablemente frente a esta variante dejando de bombardear territorio sirio habitado por kurdos, ofreciendo fórmulas de solución convergentes con los intereses de Bagdad y Teherán respecto a este problema y atrayendo a los kurdos, que tienen condición de ciudadanos turcos y que votan en las elecciones, a conciliar políticas que aseguren un nuevo gobierno para Erdogán y su partido
De este modo Turquía sale de su comprometida posición de enfrentamiento duro con Siria y consecuente alejamiento de Irán, y entra en el círculo de quienes elaboran el diseño político del Medio Oriente y sus inmediaciones, con el pequeño costo de un distanciamiento, que no es profundo ni terminal, con Israel. En contrapartida, logra el apoyo expreso y entusiasta del presidente Obama y el respaldo de la OTAN. Así , se halla en buenas condiciones para negociar junto con otros jugadores de la región, el trazado enmarañado de oleoductos y gasoductos convertidos en arterias fundamentales de las resoluciones políticas. Sin olvidar que tiene allí a un hermano por ahora consecuente y obsecuente como Azerbaiyán.

Turquía-América del Sur
Podría deducirse de la reseña anterior que ante la magnitud de los temas en juego la presencia de Turkish Airlines en Uruguay no es un tema importante para Turquía, pero sería un error. Lo es, sin duda alguna, no sólo por el aspecto económico sino por el político, que implicaría una presencia oficial y con respaldo gubernamental en una sociedad que viene respaldando desde mucho tiempo atrás las demandas para el reconocimiento del genocidio cometido por el estado turco.
Inversiones y creación de puestos de trabajo son un argumento importante por sí mismos y a veces suficientes como para hacer olvidar algunos detalles que resultan molestos en estos casos. Además posibilitan llegar hasta el pueblo a través de manifestaciones populares, como el fútbol por ejemplo.
Es posible si, y es bueno que, desde ya, los hinchas apasionados integrantes de la colectividad armenia en el Uruguay vayan pensando en la camiseta del club de sus amores luciendo la leyenda “ I love Turkish”, sin olvidar que hay muchos jugadores de fútbol, descendientes de armenios que, como profesionales se verán obligados a llevar la camiseta en esas condiciones. ¿Habrá objetores de conciencia en ese caso? ¿Cómo accionará el sindicato de futbolistas profesionales? ¿Y la colectividad armenia del Uruguay? Considerando la importancia que tiene el fútbol en Uruguay puede decirse que no es un tema menor para ninguno de sus protagonistas. Es algo que puede tener repercusiones varias y proyecciones más allá del fútbol. El tema tiene otras facetas y volveremos sobre ellas

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