14.9.14

Trajes armenios en una muestra del Museo de la Ciudad de Buenos Aires



La Dirección General de Colectividades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha organizado una Exposición de Trajes Típicos de Colectividades, que se inauguró el lunes 1 del corriente, en el Museo de la Ciudad.
Se exhiben trajes de distintas colectividades asentadas en la Argentina, entre ellas, la armenia, que está presente con trajes de la región de Karabagh y Zanguezur.
Sobre los mismos, nos explica Sergio Kniasian, director del Conjunto de Danzas Folklóricas Armenias «Masís» del Arzobispado Armenio:
«Las provincias contiguas de Karabagh y Zanguezur forman una sola región geográfica totalmente montañosa, de altísimos picos y profundos valles. Esta característica geográfica mantuvo a la población armenia, de arraigada tradición cristiana desde los albores de la historia, casi aislada de las sucesivas invasiones, guerras y masacres que asolaron periódicamente el territorio armenio. Gracias a esto sobrevivieron casi intactas tradiciones milenarias, un acervo folklórico único y hasta descendientes de las antiguas casas nobles, que llevaban el título de melik (մելիք), en todo similar a “príncipe”. Por todo esto no nos debe sorprender que la vestimenta tradicional de la región posea un aire aristocrático.
Los hombres usaban un sacón tipo casaca llamado chujá (չուխա), generalmente negro sobre una camisola ricamente bordada, el arjalugh (արխալուղ), que se dejaba fuera del pantalón.
Llama la atención la forma de las mangas y el hecho de que no estaban cerradas por una costura. Esto hace que cuelguen, dejando libre la manga de la camisola/arjalugh. Era habitual que una manga del chujá y a veces ambas se llevaran sobre el hombro. Menos corriente, la manga se cerraba solamente en el puño, con lo que dejaba a la vista la del arjalugh como bajofondo del brazo.
Existen varios tipos de chujá; esta variedad con mangas colgantes se denomina tevkavor chujá (թեւքաւոր չուխա).
Era muy usual también que el sacón se dejara abierto dejando a la vista  la delantera del arjalugh.
En general se utilizaban gorros altos de piel de oveja o cabra para cubrirse la cabeza.
La vestimenta femenina combina el rojo brillante del vestido base con los largos sacones de terciopelo oscuro: verdes, azules, bordó, etc., cuyos tajos laterales permiten entrever la falda roja creando una sucesión  de franjas claroscuras.
Lo que más llama la atención de la vestimenta femenina es el tocado. Consiste en un gorro de aproximadamente 5 cm. de altura, unas “orejeras” laterales blancas que se atan por debajo del mentón e inmovilizan el conjunto y finalmente un largo velo llamado lachag (լաչակ), que nos hace recordar al velo de las novias de Occidente. El velo cae por la espalda y siempre es blanco, sin embargo al salir de la casa se cubre con una chalina oscura
El gorro lleva sobre la frente de la mujer una hilera de monedas doradas; las “orejeras” llevan toda una serie de cascabeles, mientras que el velo tiene una cadena que la sujeta al conjunto por la nuca. En la superstición popular, los cascabeles, como emisores de sonido, eran considerados capaces de alejar las fuerzas del mal (mal de ojo, malos espíritus, “malas ondas”, etc.).
La mujer comienza a usar el lachag desde el momento que contrae matrimonio.
Tanto los hombres como las mujeres usaban cinturones metálicos llamados kamar (կամար).
Cabe aclarar que el color rojo es el color de la felicidad para los armenios. No en vano existe el tradicional saludo: "Կարմիր օրեր ունենաս (¡Garmír orér unenás!) - ¡Que tengas días “rojos”!"  Es decir, "¡Que seas muy feliz!",  saludo vigente hasta hoy en día, para saludar a la novia tras la ceremonia de casamiento."
La muestra podrá ser visitada hasta el 30 de septiembre, de lunes a domingo de 10 a 18 hs., en el Museo de la Ciudad, sito en Defensa 219, C.A.B.A.

"Sardarabad", 3 de septiembre de 2014

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